Fuente: El Liberal, Click aqui

Cayó una hermana en el Bº Primera Junta. Él «desapareció». Su defensa sostiene que «se volvió evangélico, no está prófugo y anda de caza en el monte del departamento Alberdi».
Cuatro años después de haber sido condenado a 5 años de cárcel por el secuestro de 7 kilos de cocaína, Cristian «Michilo» Autalán, el «Rey del Narcomenudeo», ya en libertad retornó al ruedo y otra vez enfrenta una causa por drogas y permanece prófugo desde el 7 de septiembre pasado.
La historia de «Michilo» y su clan adquirieron notoriedad el 5 de abril del 2019. Tres fiscales coordinaron cuatro allanamientos en los barrios Sarmiento, Industria, Mariano Moreno y Primera Junta. Incautaron 7 kilos de cocaína, $ 3.200.000, casi 40 celulares, elementos de corte de droga, motos, autos y cuatriciclos.
Los protagonistas residían en mansiones equipadas con tecnología de última generación, además de vehículos casi todos 0km. La policía secuestró tres camionetas, dos autos y siete motovehículos; además de cuatriciclos y bicicletas mountain bike; electrodomésticos, algunos de ellos aún en caja; equipos de sonido, un gimnasio montado en una de las habitaciones. Las casas contaban con piscinas y quinchos.
Este clan operaba en el Bº Primera Junta. Cada 15 días, descargaban 7 kilos de cocaína que luego era repartida entre los integrantes de la presunta «narcofamilia» para ser vendidos en Colón y Brandsen; en el Bº Industria y en tres propiedades del Mariano Moreno viejo.
El 6 de septiembre del mismo año, fueron condenados siete integrantes del clan. Cristian «Michilo» Autalán: 5 años de prisión de cumplimiento efectivo. Fue considerado el jefe de la banda y quien definía la ruta de la droga, distribución y nexo con los «dealers».
Acto 1
Ahora, la casa de «Michilo» en el Bº Primera Junta fue allanada por los Federales. Le habrían secuestrado casi un kilo de cocaína, menos en marihuana, más de $ 140.000 y elementos de corte. En la misma redada detuvieron a su hermana, Lucrecia Autalán, pero le incautaron un peso ínfimo de cocaína y más de $ 52.000.
En esta oportunidad, el proceso es comandado por los fiscales Juan Alende y José Piña, quienes recibieron luz verde a los allanamientos de la mano del juez de Control y Garantías, Rodolfo Améstegui.
Condenas por duplicado
La situación de «Michilo» es compleja. Tiene dos condenas en su legajo. Una del Federal y otra por la debacle de su clan, por la cual se encontraba con libertad condicional.
Al no encontrarse en su vivienda, la Justicia habría ratificado la orden de detención. Pero «Michilo» literalmente desapareció del mapa provincial.
Ya fueron realizados varios procedimientos en Capital y La Banda, pero «Michilo» apagó celulares y ni siquiera envía señales a su selecto grupo de familiares y amigos. En las próximas horas, la orden de detención sería extendida a todo el país.
«Evangélico y vive de los pajaritos»
«Mi representado no está prófugo, sino ausente», señaló anoche la defensa de «Michilo» a cargo de Juan José Saín. «Él dejó atrás el submundo de las drogas. Es más, en el hipotético caso de su casa allanada, ¿quién dice que lo teóricamente encontrado sea de su propiedad?», preguntó. «Se encuentra cazando en Alberdi y se convirtió a la religión evangélica y fue en busca de un poco de meditación», sintetizó.
«Aún así, esperamos que la Justicia clarifique cuál es su situación. Como lo veo, ‘Michilo’ no ha cometido pecado alguno y por ello se fue a cazar pajaritos, negocio del cual vive…», enfatizó.
Apuntan a atenuarle los cargos
Lucrecia Autalán ya ha sido indagada, representada por Diego Lindow y Valentina Bravo Colomer. Los letrados van ahora por una audiencia, resueltos en atenuar los cargos de «tenencia con fines de comercialización», ya que a la cantidad de droga hallada la consideran bajísima. Nadie lo verbaliza, pero la estrategia sería mitigar los cargos, bajándolos a «tenencia simple», es decir excarcelable.
Mientras tanto, los fiscales realizan pericias, un riguroso informe socio ambiental, y testimoniales al por mayor. Se vienen la audiencia de prórroga de detención.